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- La idea de esta “Cumbre sobre la financiación de las economías africanas” surgió en 2020, cuando el Fondo Monetario Internacional (FMI) calculó que el continente se exponía a un déficit de financiamiento de 290.000 millones de dólares (239.000 millones de euros) para 2023.
- El crecimiento del continente, que el año pasado experimentó su primera recesión en medio siglo debido a la pandemia, debería repuntar 3,4% en 2021 y 4% en 2022. Y una moratoria en vigor desde abril de 2020 sirvió de balón de oxígeno para los países africanos más endeudados.
La iniciativa que se ha celebrado en el Grand Palais de París y, simultáneamente, videoconferencia, Francia ha acogido este martes la Cumbre de Financiación de las Economías Africanas, cuyo objetivo de la cita es ayudar a África a superar el impacto de la crisis del Covid-19 y sentar las bases de un nuevo desarrollo económico. En la cumbre han participado líderes africanos, jefes de Estado y de Gobierno y dirigentes de organizaciones internacionales. Se quiere cubrir un déficit de 300.000 millones de dólares provocado por la pandemia de covid-19 en África.
La idea de esta conferencia surgió a manos del Fondo Monetario Internacional (FMI) el año pasado, al calcular a través de investigaciones que África podría sufrir un quebranto de financiación (“financial gap”) de 290.000 millones de dólares de aquí a 2023.
Emmanuel Macron a través de esta iniciativa bautizada como New Deal pide a la comunidad internacional la colaboración para ayudar a financiar las economías africanas en la era post-Covid, y así encontrar «soluciones nuevas y ambiciosas» para que África pueda hacer frente «a este choque sin precedentes y recuperar el crecimiento, como otros continentes que han podido poner en marcha planes de recuperación masivos». Tambien abordó el tema del riesgo de un efecto boomerang, con “reducción de oportunidades económicas”, “migración forzada” y “expansión del terrorismo”.
Los países europeos tras comprometerse el año pasado a ayudar al continente negro a través de una moratoria de la deuda internacional de algunos de los países, donde a iniciativa del Club de París y el G20 dieron un cierto respiro a estos países en cuanto la moratoria sobre la deuda pública de abril de 2020 Y el G20 logró convencer a China, el mayor acreedor bilateral del continente, así como a los acreedores privados, para que participen en las futuras renegociaciones de la deuda, y así crear paquetes de estímulos de la menos 100.000 millones de dólares para África.
A raíz de la iniciativa de aplazar la deuda de los países africanos, el presidente galo pidió una “moratoria inmediata de todas las deudas externas (…) hasta el final de la pandemia” y que se asegure la ayuda al desarrollo, también instaron al FMI a asignar Derechos Especiales de Giro (DEG) a los países africanos para proporcionarles “la liquidez esencial para comprar productos básicos y equipos médicos esenciales”.
La idea se hizo pública el 2020 a través de la publicación de una tribuna en la revista ‘Jeune Afrique’ y en el diario ‘Financial Times’ con el objetivo de promover una movilización internacional, y así crear un monto económico destinado al continente negro a afrontar las consecuencias de la crisis sanitaria y económicas causadas por la pandemia de la covid-19. El tribunal fue firmado por los presidentes Macron, Pedro Sánchez y la canciller alemana, Angela Merkel, entre otros.
África tras experimentar un crecimiento económico, el año pasado su primera sufrió una recesión en 50 años calculado en un -2,1% en las economías nacionales, se calcula que estas deberían repuntarse un 3,4% en 2021 y un 4% en 2022.
Cálculos desde la presidencia parisina, opinan que ese crecimiento no será suficiente. Emmanuel Macron en abril, pidiendo un “New Deal para financiar África”. Sostenia que “no podemos usar las recetas de ayer” cuando “estamos abandonando colectivamente a África a soluciones que se remontan a los años 1960”.
La cumbre África-Francia cancelada el año pasado por la propagación del coronavirus finalmente, se espera que tenga lugar el próximo octubre en Montpellier, en el sur del país galo. Esta ha dado lugar a esta iniciativa, por la cual se fomenta la movilización mundial cuya finalidad es participar en la recuperación de las economías africanas tras sufrir un declive tras la pandemia. Macron advirtió tres semanas antes que el apoyo internacional es importante en este sentido, «de lo contrario, dejaremos el continente frente a la pobreza, a la reducción de oportunidades económicas, a una migración por obligación y a la propagación del terrorismo».
Las condiciones establecidas por el FMI a cambio de su apoyo también siguen siendo objeto de debate. A estas condiciones ha suscitado una serie de propuestas por parte de los dirigentes de países africanos y organismos internacionales. El primero de las propuestas nace de las manos de Alassane Ouattara, el presidente de Costa de Marfil, mediante la cual ha pedido al FMI la ampliación del déficit presupuestario por parte de los países africanos. Ya que según el mismo, con más margen, podrían “afrontar mejor la pandemia” y “financiar los gastos urgentes de la lucha contra el terrorismo”.
La Oxfam, por su parte, ha exigido al FMI y al Banco Mundial renunciar a las “condicionantes fiscales injustas o regresivas en sus préstamos y programas”.
Según la oenegé, la institución con sede en Washington ha exigido, por ejemplo, que Nigeria suba el IVA, lo que penaliza a los hogares más pobres.
Esta cumbre, además del tema de la ayuda internacional, la iniciativa abre un debate sobre las condiciones del Fondo Monetario Internacional, esta institución ha concedido un total de 650.000 millones de dólares en DEG, de los cuales 34.000 millones serán destinados a África. Los expertos, tras evaluar los daños causados y la caída económica en este continente negro, consideran que la cantidad será insuficiente. A raíz de tal conclusión, la presidencia gala, sugiere la venta del oro del FMI para conceder préstamos a interés cero a los países africanos.